Un sábado interesante
26Jul10
Todo empezó a las 14:30 en la Plaza de Mayo. Estaba allá para sacar fotos. El 24 de julio ocurrió un evento mundial que se llama “Worldwide Photo Walk”. Más de 33.000 fotógrafos en muchas ciudades en el mundo se reunieron y caminaron por las calles en una ruta planeada sacando fotos. En Buenos Aire, mi grupo tuvo 50 fotógrafos. Nuestra ruta empezó en Plaza de Mayo y terminó en Plaza Dorrego en San Telmo. Al final de esta entra, puse unas fotos que yo saqué ese día.
Cuando llegué a Plaza Dorrego, yo había perdido a mi grupo, pero no me importaba mucho. Compré unas garrapiñadas y continuaba sacando fotos de la plaza y los vendedores. Estaba caminando por el lado noreste y oí dos turistas gritando en inglés a un vendedor. Paré para ver si podía ayudar un poco, porque los turistas no podían hablar castellano, solo unas palabras. Evidentemente, los turistas compraron una pulsera de cuero por 15 pesos, y le dieron al vendedor 50. Obviamente el cambio fue 35 pesos, pero el vendedor so les dio 20 a los turistas. Yo creía que solo fue un malentendido y traté de traducir para los turistas. Después de dos minutos, podía ver que el vendedor estaba borracho. Pero él todavía no quería darles el cambio correcto a los turistas, diciendo que el 50 pesos que tiene es suyo, no de los turistas. Y entonces yo podía ver que el vendedor fue un borracho mentiroso.
Ahora, los turistas no querían comprar nada, y devolvieron la pulsera y el cambio de 20 pesos le pidieron el 50 pesos. Pero el vendedor tuvo otros planes. Él dijo que los turistas no habían pagado nada, no escuchó lo que le tratamos de decir. Ahora una muchedumbre chica formó alrededor de nosotros y muchas personas nos preguntaron “¿Qué pasó, qué pasó?” Expliqué a un hombre la situación, y él me dijo que el vendedor, aunque borracho, es completamente honesto, y si no debo llamar a la policía porque ellos son corruptos y no pueden ayudarnos.
El vendedor nos mostró lo que tenía en sus bolsillos, y la 50 estaba allá y los turistas trataron de tomarla. Otra vez nos dijo que la 50 es suya, y que solo 30 pesos además de la 50. Los turistas tomaron 30 pesos y la pulsera y se fueron, y los seguí. El vendedor los corrió gritando y agarró el brazo del hombre. El turista continuó caminando. Luego, el vendedor le pegó una patada a la mujer. Ella dio una vuelta, gritó palabrotas al vendedor y tiró el dinero en su cara y se fue llorando. Obviamente, una muchedumbre grande había formado y muchas personas me dijeron que debiera llamar a la policía. La llamé pero nadie contestó. ¡Gran sorpresa!
Entonces, los turistas, quienes son de Escocia, querían comprarme un café. Acepté la invitación y acabamos por pasar el resto del día juntos.
(Las fotos están después de la salta)
Hacé clic en las fotos para ver en tamaño completo
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Excelentes fotos, Sean, pero qué aventura tan tremenda. Un capítulo más, quizás, para los anales de la historia britano-argentina.